- (Reg. 2) MICOLAU ADELL, José Ignacio. Artículo publicado en La Comarca. Periódico independiente del Bajo Aragón, núm. 198, suplemento Expo Rústica del 27 de abril al 1 de mayo de 1995.

El pasado 23 de abril, día de San Jorge, el profesor Guillermo Fatás señalaba, al referirse a los patronos de Aragón, que el patrono inicial del Reino y la monarquía aragonesa tal vez fuera San Pedro y no San Jorge. Como es sabido, no es despreciable la devoción en Aragón al €príncipe de los apóstoles€. Por su significación conviene que mencionemos San Pedro el Viejo de Huesca, Teruel le tiene dedicado, así mismo, un templo desde comienzos del siglo XIV y, en el Bajo Aragón, preside ermitas o parroquias de Urrea de Gaén, Torre del Compte, Berge y Samper de Calanda. También Alcañiz tuvo su templo dedicado a San Pedro. Pedro Juan Zapater, ilustre notario alcañizano, piensa que su construcción tuvo lugar entre 1133 y 1138, autores contemporáneos lo consideran obra de la segunda mitad del siglo XII.

Pero no son los orígenes de este templo lo que nos mueve a la reflexión, trataremos, más bien, de apuntar algunos momentos del transcurrir contemporáneo que ejemplifican el deterioro de la pequeña iglesia románica. Situada, al decir de Taboada, en la €penosa senda de Pui Pinos€ (gozosamente sometida hoy a concurso de ideas para su remodelación, en el marco de EspoRÚSTICA-95), los restos de su portada, aunque desnaturalizados, han llegado a nuestros días en su emplazamiento de El Cuartelillo.

Fue, sin duda, un templo modesto que, según el autor de Mesa revuelta, no sobrepasa los €ochenta pies de longitud, pero lució curiosidades: un pórtico de piedra compuesto de dos arcos de tres puntos, con pilastras, símbolos y rosetones bien ejecutados, el techo sin bóvedas ni adornos, formado con maderas y vigas hacinadas al estilo de la época, y tres rudos retablos, fiel expresión de la infancia del arte gótico€. En el siglo XVI se reconstruyó la bóveda de la capilla mayor, enriqueciéndola con un retablo de €madera y pincel€.

Su estado de abandono debió agravarse tras la construcción de los templos barrocos y la reforma de Santa María la Mayor. Sabemos, por el Diccionario de Pascual Madoz, que a mediados del siglo XIX, €la iglesia de San Pedro, aunque conserva el altar mayor, está desmontada y se llueve por todo lados€. A finales de siglo, cuando Eduardo Jesús Taboada escribe sus apuntes de Alcañiz, constata ya que el arco del pórtico está casi sepultado.

Hubo un fugaz momento de esperanza para el viejo templo de San Pedro Apóstol. En el verano de 1927, siguiendo esa costumbre tan catalana y tan loable del excursionismo cultural, que tiene sus inicios en la época del modernismo y la €renaixença€, el escritor Carles Capdevila publicó un encomiástico artículo en el diario La Publicitat, con el título €Alcañiz, ciudad monumental€, que reprodujo, traducido al castellano, el semanario aragonesista de Barcelona El Ebro, en su número 125. Tras sorprenderse por la belleza de la plaza de España, deplora las reformas de algunos edificios góticos y el desmoronamiento del sepulcro de Lanuza. Sobre la vieja iglesia de San Pedro escribe:

"€pero donde sentís que los colores os suben a la cara de vergüenza y de indignación es al ver la lamentable ruina de la que fue iglesia de San Pedro. De esta construcción romántica situada entre el castillo y la parte alta de la ciudad, hoy no queda más que el arco del portal, medio sepultado€y lo que era recinto de la iglesia es hoy un corral. Pero para mayor abundamiento, la pared donde está la puerta sirve de depósito de basuras. Y en esta iglesia de San Pedro de Alcañiz, fue donde el Rey Jaime I, bendijo los estandartes para ir a la conquista de Valencia y donde se cantó el Te-Deum de la victoria al entrar en territorio de la confederación".

"Ni nosotros, ni los valencianos ni los aragoneses debemos mirar con indiferencia esta infamia. Por nuestra parte proponemos que se dirija un documento al Alcalde de Alcañiz pidiéndole que evite esta vergüenza a su ciudad, en nombre del arte y de la historia".

Tuvo débil efecto el escrito, poco hizo el Ayuntamiento. No obstante, en el número 126 (noviembre de 1927), se congratula la redacción de El Ebro de que la alcaldía de Alcañiz €haya dado órdenes de no verter basuras en aquel sitio€, como atestiguaba la fotografía que insertaban en la página. El propio Capdevila, que con poco se dio por satisfecho, escribía de nuevo en La Publicitat: €no quisiera más sino que todas las tentativas que esta clase se hacen en Cataluña, tuvieran el éxito que ha tenido la de Alcañiz. En nuestra casa hemos de reconocer que la gente de los pueblos no acostumbra a ser tan sensible. ¡Ojalá que la energía de las autoridades de Alcañiz sirvieran de ejemplo!€.

¿Se pensó en hacer algo más? No nos consta. La rehabilitación no fue posible, los tiempos no eran buenos y los años posteriores no vinieron precisamente mejores.


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