(Reg. 108) DOCUMENTO. Crecida del río Guadalope, a su paso por la población de Castelserás



1658, mayo, 8 CASTELSERÁS

Acto público en el que se relata la importante crecida del río Guadalope, a su paso por la población de Castelserás, acaecida el día ocho de mayo de 1658.

Archivo Histórico de Protocolos de Alcañiz, sign. 1.137, ff. 46v.-51r.



/46v./ (Al margen: Acto público de relaçión berdadera de la crezida o habenida del río Guadalop)

Eodem die, a ocho días del mes de mayo, año de mil seyscientos cinquenta y ocho, en el lugar de Castelserás, varrio de la ciudad de Alcañiz, del reyno de Aragón, ante la presenzia de nosotros, Antonio Ynglés y Montañés, familiar del Santo Offiçio del Tribunal de la Ynquisiçión del dicho y presente reyno de Aragón, y de Juan Francisco Gargallo, notarios públicos y reales, simul comunicantes, rezibientes y testificantes y testigos infrascritos, parezieron y fueron personalmente constituydos el dotor Matheo de Aynsa, vicario perpetuo de la yglesia parrochial del dicho lugar de Castelserás, Antón Auinaxa, lumbrero, Juan Torner, Domingo Senlí, Jayme Inglés y Miguel Montañés, todos vezinos del dicho lugar de Castelserás, en sus nombre propios et a un en nombre y como vicario, lumbrero, prohombres y consejeros que son, en el presente año, del dicho lugar, con interbenzión y asistenzia de otras muchas personas, vezinos y hauitadores del dicho lugar y otras /47r./ partes, los quales dixeron y propusieron que acerca de la crezida o hauenida de agua tan grande en el río Guadalop, que por la misericordia de Dios o por justos juizios suyos, hauía sucedido el presente día, de las cosas tan marabillosas y espantosas que se hauían visto, por causa y razón de aquélla. Y para que en los tiempos benideros constase de las cosas que se hauían visto, nos requerían, como de hecho requirieron, hiziésemos y testificásemos acto público de relación y narrativa verdadera de lo que dichos vicario, lumbrero, prohombres y los demás junto con nosotros, dichos e infrascritos notarios, simul testificantes por hallarnos presentes, ocularmente vimos, cuya relaçión es en la forma y manera siguiente:

Día de la aparición del archángel San Miguel, después de pasados treinta y seys días, que en todos no dexó de llober poco o mucho, suçedió que entre doze y una de la mañana comenzó a crezer el río Guadalop, después de hauer pasado una noche tenebrosa y fuerte de bientos, truenos y agua, que al amanezer del día, ya tomaba o cubría las dos ceicas de debaxo la puente, /47v./ llamadas la una, la ceica nueba, la otra, la que va al molino de la arina.

Y assí mismo, dicho día del señor San Miguel de mayo, es costumbre inmemorial y antiquíssima, que todo el pueblo baxa en procesión de la yglesia a la capilla del señor San Christóbal que está en el guchillo de medio la dicha puente, ha hazer allí su rogatiua, mas este día particularmente, baxó dicha procesión con mayor cuydado por dos razones: la una, por seguir la costumbre, la otra, para rogar al santo para que fuera medio con Dios Nuestro Señor, que nos mirara con ojos de missericordia, y guardara y conserbara la puente, porque si el río se la llebara, era total perdiçión y ruina para el dicho lugar de Castelserás y su vezinos.

Y estando todo el pueblo patente en processión a la vista del agua, haziendo el offiçio el dicho dotor Matheo de Aynsa, vicario, con asistenzia de mossén Miguel Cardona, benefficiado de dicha yglesia, Antón Martín, al presente alcayde, Antón Abinaxa, lumbrero, y todos los demás vezinos, juntamente nosotros, dichos e infrascritos notarios, a la entrada del dicho puen- /48r./ te, en tierra firme, porque hauía guarda que no pasara nadie, fue tanta el rigor y fortaleza del dicho río, que ya el agua hiua saltando de poco en poco, enzima de la dicha puente, que de lo que se hiua aumentando y creziendo en saltar sobre aquélla, llegó a correr y continuar en tanta manera que mucha gente de la misma puente se labaron cara y manos, y yo, dicho Antonio Ynglés, notario, simul testificante, junto con los demás. Fue tanta el agua que yba saltando por enzima de la dicha puente que del primer cuchillo, por sobre el arco, como azia el dicho lugar, corría como si fuera segundo río, de tal manera que a todo el pueblo caussó algún género de temor y espanto, y aflixírseles los corazones.

Y continuando siempre en su crezida y aumento, y los gallos o olas del agua en saltar sobre dicha puente, que juzgaron todos que subían algunos veynte palmos más que la dicha puente, y siempre el mayor golpe de dicha agua era del segundo guchillo de dicha puente azia el lugar, que para señal de adonde continuaua el saltar más fuerça de agua, ay hechas en las mismas piedras /48v./ de la baranda del dicho puente, a la parte de arriba, tres cruzes cada una en diferentes puestos, para que conste.

Y después de hauer hecho rogatiuas a la Virgen, a San Cristóbal y San Miguel, con letanías y miserere y salbes, con otras muchas comemoraziones, se bolbió la dicha procesión a la yglesia, no cesando de ynbocar a los santos, y para dezir una missa cantada solemne a San Miguel, como se dixo. Y acabada la missa, se habrió el sagrario, estando el Santíssimo Sacramento patente, y se cantó la letanía de la Virgen. Todo esto sería entre siete y ocho de la mañana, siempre el río con su aumento. A esta ocasión, el dicho lumbrero dexó guardas en la puente, ynpusiéndoles grandes penas para que nadie pasara por la dicha puente. Y el dicho río crezió en esta ocasión en tanta manera que subió, después que fue la processión a la yglesia, más de doze palmos en alto, que llegó asta sobre una peña, como consta por dos cruzes que ay hechas, la una en lo más alto de la peña que está entre el güerto que de presente es de Domingo Franch /49r./ y de Miguel Villar, pupillo, y la dicha ceyca nueba; la otra cruz está en la peña Guilla o Faba que naze del corral o patio de la casa del espital, que confrenta la tal peña con dicho güerto de Domingo Franch y la dicha puente, en cuya peña para mayor claredad carga la pared sobre ella de dicha cassa o patio del hospital. Y es en tanto verdad, que la moltitud de tanta agua cerró el arco primero de la dicha puente, el que está más cerca el dicho lugar.

Y assí mismo, llegó el agua del dicho río asta una peña que ay una cruz, al baxador de la dicha ceica nueba. También hizieron relazión los que estaban en guarda de la dicha puente que después que la processión se subió a la yglesia, pasando Pedro Ballestero, manzebo, y su padre, Jacinto Ballestero, vezinos de la villa del Mas de las Matas y hauitantes en la torre de Lorenzo Santapau, por tener aquélla arrendada, hallándose de la otra parte de la puente para pasar como pasaron al lugar por probissión, el hijo delante y el padre tras él, saltó un gallo o onda de agua tan reziamente, por medio la puente, como más azia el lugar, que saltó el agua por enzima del dicho Pedro Ballestero, mancebo, quedando el dicho su padre admirado y todos los demás /49v./ que guardaban la dicha puente como espaboridos.

Y assí mismo, el regolfo del dicho río de Guadalop, con la crezida del río Mezquín, llegó la dicha agua a dos palmos de la pila de debaxo los caños de la Fontaneta y entró en el primer bancal del güerto de mí, dicho Antonio Ynglés, notario, simul testificante, sittio en la misma partida del río Mezquín, que confrenta con dicho río y vías. Y subió el agua cinco palmos más que dicho bancal, asta llegar a una peña que ay una cruz, en medio dicho güerto para señal, y cerró el ojo o arco del Gallipuente de la dicha ceica nueba, llamada las Canales del río Mezquín, que es la que pasa el agua que va al rebedal, por dentro la ciudad de Alcañiz.

Y assí mismo, se llebó el campo de Consejo, sittio en la riera o rambla llamada de la partida el Espital, debaxo el pontarrón del Milopar, que confrenta con la heredad de Lorenzo Santapau y con la buelta que haze el dicho río, azia la partida llamada la alboreda, que escubrió una peña en medio de dicho campo muy grande, estaba el dicho campo sembrado de trigo, segundo año, y hera muy bueno con gran-/50r./ de abantaxe al del año pasado de mil seyscientos cinquenta y siete, que fue el primer año que lo hauía sacado y sembrado el lugar, que hubo en él pasados de veynte y siete caízes de trigo. Allegó el dicho río a entrar en los primeros bancales de la heredad del dicho Lorenzo Santapau, que está sobre el dicho campo de Consejo.

Y assí mismo, dentro el agua del dicho río, en el güerto vulgarmente llamado de la Cofradía, debaxo la puente y del molino de azeite, que está plantado de moreras, hasta besar el agua la pared que haze camino real entre el güerto y dicho molino de azeite.

Y assí mismo, cubrió el agua del dicho río el labador y caños de la fuente, hasta pasar el agua por sobre el banco de piedra que sirbe de asiento delante la dicha fuente.

Y assí mismo, el agua del dicho río, en el molino harinero que está enfrente del dicho río Mezquín, derribó todo el lienzo de pared de la caballeriza, dentro el agua por la ventana que ay una rexa que está enfrente las muelas, y la bino a zerrar más de un terçio a la dicha ventana. Se llebó gruenzas y aros y puertas y algunas talegas de arina. (Entre paréntesis: Esto sirva de abiso de oy /50v./ adelante a los molineros). Subió el agua por la puerta prinzipal de dicho molino, cerca tres palmos en alto, como por señal ay dos cruzes en la misma esquina de la misma puerta, hasta donde llegó. Y en la parte de arriba del dicho molino, llegó el agua hasta besar las piedras del cubo de la que cubría partida del güerto. Y llegara el agua al mismo cubo, si no fuera por un caballón de tierra que hauía junto a las mismas piedras. Duró la mayor crezida y fuerça del dicho río una hora, que fue desde las siete horas y media de la mañana hasta las ocho y media. Llebose todos los güertos y árboles, sin perdonar ni tener amistad con nadie. El daño de las azudes y cequias es mucho, que asta la presente no se puede numerar. Dios por su ynfinita misericordia nos de las cosas con templanza y se tenga por contento y de oy adelante se acuerde de nosotros con aumentos de gloria y lo /51r./ que a su Divina Magestad más plaziere.

De las quales cossas y cada una dellas, a requissición de los dichos vicario, lumbrero, consejeros y demás personas, y por descargo de nuestro offiçio y relazión berdadera de los tiempos benideros, hizimos y testificamos el presente acto público, uno y muchos y tantos quantos serán nezesarios y las partes hauer querrán, etc. Ex quibus, etc. Large fiat.

Testes: Juan Sanz Labrador, vezino del lugar de La Codoñera, y Miguel Vallés, menor de Dios, vezino del lugar de la Torroçilla, y de presente hallados en el dicho lugar de Castelserás.


NOTA

Este documento se publicó parcialmente en el apéndice del trabajo de Alma López-Avilés, €Las avenidas históricas registradas en diversos municipios del curso alto y medio de los ríos Guadalope y Bergantes (Maestrazgo-Bajo Aragón)€ en el Boletín del Grupo de Estudios Masinos, 19 (1998) e íntegramente por Manuel Mestre Catalán en el Boletín del Centro de Estudios Bajoaragoneses, IX-X (2005). Ver bibliografía.




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